25/4/17

INSTRUCCIONES PARA QUE NO SE TE NOTE LA PLUMA


Evita los juegos de palabras, la ambigüedad, los giros, el lenguaje poético, ese adjetivo certero, las personificaciones, la hipérbole, los eufemismos, los cultismos, las metáforas… Limítate a emplear un lenguaje objetivo, aséptico, carente de emoción, que no revele tu condición.

Tus obras de cabecera deben ser balances económicos, sentencias, tesis científicas, folletos publicitarios o prospectos médicos. Aléjate de las obras maestras de la literatura. Nada de Proust, Kafka o Valle Inclán. Despoja de tu vocabulario las frases cargadas de belleza, poesía y creatividad. Limítate a comunicar sin florituras. Aspira a la sencillez comunicativa de una señal de tráfico.

¡Ah! Es importante que trabajes tu mirada. Debes ver el mundo tal y como lo ven los demás. Si en cualquier momento vislumbras otra realidad, paladea esa visión; pero no la expreses en público. ¡Te delataría!

De vez en cuando, por higiene mental, concédete un capricho y refúgiate en la soledad de tu cuarto para convertir en letras todas esas historias que estás rumiando durante tanto tiempo. Guarda los escritos bajo llave para que nadie descubra tu debilidad. La sociedad no entiende a un loco que se aisla del mundo para escribir.

Sé que se trata de una misión difícil. Sé que fracasarás. Llegará un día en el que alguien leerá uno de tus textos más humildes – ya sea un whatsapp, un post-it, un e-mail, la lista de la compra, el curriculum, una reclamación de tráfico, la respuesta a una notificación judicial...- y te formulará la maldita pregunta: ¿Tú eres escritor? ¿no? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario