31/10/16

PROPOSICIÓN DE SERVIDUMBRE


Concédame su capitán unos instantes antes de zarpar, pues quien humildemente os interpela es un escritor en ciernes que os puede ser de utilidad.

A lo largo y ancho del globo y a través de los siete mares resuenan los ecos de su figura, afamada por su notable habilidad para de las más cruentas batallas (contándose estas por centenares) haber salido victorioso y, por ellas, galeón tras galeón y saqueo tras saqueo, haber amasado el mayor botín por cuantos se pudieran contar bajo la gracia de esta celeste bóveda que tan brillante e inmaculada en esta fresca alba nos ampara.

No es menos cierto, sin embargo, que el tiempo que todo lo tiende a sepultar bajo silencioso manto, o a desvanecer, más bien, como borradas son las huellas impresas al deambular a la orilla del mar; y las malas lenguas, bien escépticas o envidiosas; menoscaban sus innumerables proezas con execrable malicia o ingenua indiferencia.

Por consiguiente, coincidirá conmigo en la manifiesta necesidad de contar entre su tripulación con un fiel escriba que de sus hazañas deje constancia, y así asegurar que su nombre se mantenga por siempre en el firmamento integrado por los más temibles corsarios que las inagotables aguas han surcado.

Escasa es mi experiencia, pero inmenso mi afán de aventuras e inabarcable mi deseo por que estas no se demoren más en llegar.

No perdamos más tiempo, pues, y emprendamos con presteza esta nueva travesía que por océanos de palabras nos ha de llevar a navegar.

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