27/10/16

VACACIONES. Anecdota

El pasado verano  fuimos a Croacia. Aunque no teníamos claro qué destino escoger para nuestras vacaciones, Dubrovnik era uno de nuestros favoritos.
A pesar de haber elegido este lugar sin tener muy claro al principio dónde queríamos ir,  mis hijas y yo preparamos el viaje cuidadosamente. Con mucha antelación vimos unos vuelos “low cost” y fue precisamente el precio y las fechas lo que nos decidió a comprarlos. Alquilamos un bonito apartamento cuya ubicación fue estudiada con detenimiento, cerca de alguna playa y próximo al centro de la ciudad.
Por otra parte, nuestra labor de documentalistas fue muy activa durante ese tiempo ya que buscamos guías en Internet, blogs de viajeros, recomendaciones de otras personas,  trazamos posibles recorridos y un sinfín de tareas relacionadas. Leímos mucho acerca de la maravillosa costa croata y sus bellas islas, el agua transparente y fría, la tranquilidad de navegar en un mar calmo como el Adriático, y sobre todo, seleccionamos con mucha atención las excursiones y actividades que nos ofrecía el lugar.
Por fin llegó el día de partir desde Valencia, y en el último momento empezamos a repasar si llevábamos todo lo necesario para un proyecto tan pensado y preparado. Era el momento, vámonos!!.
-Maya, llama a un taxi por favor.
-Ya voy, viene enseguida
- El taxi está en la puerta
-Bien, bajemos
-Buenos días, donde van?
-Al aeropuerto
-Me permiten sus maletas?. Las pondremos detrás
- Si claro, una dos y la tercera maleta?
- Maya: me la he dejado olvidada en casa
-Cómo puede ser que con la ilusión y trabajo que hemos puesto en este viaje te dejes ahora la maleta?
-Todo acabó entre las risas del taxista y la nuestra. Menos mal que nos hemos dado cuenta!





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